Kit de supervivencia para saxofonistas

Si eres saxofonista profesional o estudiante, seguro que alguna vez te has visto comprometido porque has necesitado algo y no lo llevabas en tu estuche.

Escribo este artículo para contarte qué es lo que llevo siempre en el estuche de mi saxofón, ya sea cuando voy a dar clase o a hacer un concierto.

Sin duda, la mejor opción para cuidar tu saxofón y minimizar los riesgos de algún imprevisto indeseable, es llevar periódicamente tu instrumento al luthier y hacerle un buen mantenimiento.

En casa, tengo herramientas y materiales para hacer pequeñas reparaciones. Pero, me gusta llevar conmigo una serie de elementos que me pueden hacer falta en cualquier situación, incluso para pequeños arreglos en los instrumentos de los alumnos.

Mi estuche es de los que tienen la forma del saxofón (es un Bam) y no tiene mucha capacidad de almacenaje. Por eso, llevo acoplada una pequeña mochila donde guardo todo lo que te detallo a continuación:

  1. Lápiz: siempre es necesario para tomar anotaciones o correcciones en las partituras.
  2. Limpia zapatillas: llevo un bote, porque, por mi saliva, se me suelen pegar bastante las zapatillas. Esto hace que siempre pueda echarle un poco y elimine los restos de suciedad.
  3. Lija fina: esta lija muy fina (de las uñas o lija de agua), la llevo por el mismo motivo del limpia zapatillas. La utilizo rascando en la chimenea y esto quita los restos solidificados que quedan adheridos ahí. También es posible que si tengo que cambiar y poner un trozo de corcho nuevo, tenga que lijarlo un poquito.
  4. Juego de destornilladores de precisión: siempre puede surgir que algún tornillo se quiera salir o que haya que hacer alguna pequeña reparación en el saxofón.
  5. Alicates pequeños: si tengo que sacar algún tornillo largo del instrumento, es posible que tenga que ayudarme de unos alicates.
  6. Pegamento: para pegar cualquier corcho o fieltro que se pueda caer del instrumento debido al calor o cualquier otro movido.
  7. Trozo de corcho: hace tiempo compre unas láminas de corcho en una tienda de instrumentos, y llevo siempre encima unos trozos por si se me caen del instrumento y no lo encuentro.
  8. Trozo de fieltro: por el mismo motivo que el trozo de corcho, a veces tengo que utilizar este elemento en sustitución de algún otro.
  9. Pinzas de precisión: las utilizo cuando pego algún corcho.
  10. Cúter: para cortar a medida algún trozo de corcho o fieltro.
  11. Papel de fumar: para ponérmelo como protector en el labio o utilizarlo para limpiar alguna zapatilla del instrumento.
  12. Afinador: obvio que esto no puede faltar nunca, aunque los móviles ya tienen apps con suficiente calidad.
  13. Trapos de limpieza: la mejor manera de cuidar tu instrumento es limpiarlo y secarlo.
  14. Grasa para corcho: la utilizo solamente para engrasar de vez en cuando, pero es bueno llevarla siempre encima.
  15. Boquilla extra: ¿te imaginas que se me cae la boquilla montando el instrumento y se rompe?
  16. Abrazadera extra: siempre llevo más de una abrazadera encima.
  17. Arnés extra: nunca sabemos cuándo se puede romper o perder nuestro arnés.
  18. Cañas: siempre llevo varias cañas de varias durezas, tipos, nuevas o usadas por si no encuentro la que mejor funciona. Actualmente toco con cañas sintéticas y hago el mismo procedimiento, aunque siempre llevo cañas de fibra natural de sobra.
  19. Pinzas o imanes para sujetar las partituras: si tocamos al aire libre, el viento nos puede jugar una mala pasada.
  20. Mini soporte plegable para el saxofón: es la mejor manera de dejarlo cuando no estoy tocando, para evitar que mi saliva se salga por las zapatillas.

Como puedes leer, me gusta tenerlo todo controlado, aunque nunca se sabe. El saxofón es un instrumento que acepta bien el uso. La humedad y los cambios de temperatura van haciendo mella en el instrumento y necesitamos poder salir del paso de la mejor manera posible.

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