El acto de improvisación musical, a veces tiene unas connotaciones erróneas que vienen dadas por la creencia que es muy compleja o que obedece a factores «mágicos del músico».
La improvisación musical no es más que una manera de expresión que realizamos con nuestro instrumento, utilizando los elementos del lenguaje musical que disponemos. Con la utilización de esos elementos creamos nuevos resultados.
Con esos elementos que disponemos (melódicos, rítmicos o armónicos) creamos y expresamos nuestro propio lenguaje, dentro de un contexto lógico. Es muy importante que utilicemos reglas conocidas y asimiladas, para así crear nuestra propio mensaje.
Mediante la improvisación musical estimulamos las posibilidades de comunicación, de expresión, potenciamos la originalidad y la espontaneidad, al mismo tiempo que expresamos nuestros sentimientos.
Metodología de la improvisación musical
Para los músicos de cualquier especialidad instrumental, el sistema de aprendizaje mayormente utilizado es el basado en la lectura musical, con un alto componente de la tecnificación.
Podemos utilizar una metodología de la improvisación que implique estas cuestiones:
- Selección y análisis de la obra o fragmento.
- Extracción de los elementos melódicos, rítmicos, armónicos y formales que interesen para su desarrollo posterior.
- Improvisar y construir nuevas obras o fragmentos, cuya sencillez o complejidad depende del nivel en que nos situemos, en base a los elementos analizados anteriormente.
El análisis es la base del sistema. Su objetivo consiste en identificar de modo claro y conciso cuáles son los elementos que ha utilizado el compositor en la partitura en cuestión. Los elementos que forman parte de toda composición son siempre melódicos, rítmicos, armónicos y formales.
Dentro de la metodología de la improvisación se contempla la partitura como unidad generadora de materiales, pero no son las notas escritas en el papel pautado las que promueven el proceso de aprendizaje, sino el propio afán creador del músico, contando con la inestimable guía de un profesor.
Pasos a seguir en la improvisación musical
De forma paralela, podemos fijarnos como objetivos la utilización de la partitura: uno como punto de partida y otro como objetivo final.
El resultado final de la práctica improvisatoria, beneficia el proceso creativo del músico, el proceso del estudio del instrumento desde la parte más técnica, la asimilación de las estructuras armónicas y melódicas de la música y también el estudio de los recursos del lenguaje musical.
Podemos estudiar la improvisación musical desde dos tipos formas principalmente: improvisación libre e improvisación dirigida.
En la improvisación libre no se atiende a reglas preestablecidas, aunque sí se tienen que distinguir los elementos del lenguaje musical de forma reconocible.
En la improvisacion dirigida, se siguen algunas pautas previamente establecidas que guían el proceso improvisatorio, o parte de algunos esquemas musicales dados sobre los cuales hay que ajustar la nueva creación.
Este tipo de improvisación se sirve de consignas que parten del propio lenguaje musical y marcan pautas rítmicas, melódicas o armónicas para seguir.
Las directrices suelen ser del tipo pregunta-respuesta, realizar variaciones sobre un tema dado, ornamentar una melodía preexistente o armonizar un bajo cifrado. En este tipo de improvisación se pide también la adecuación al estilo musical correspondiente.
Lenguajes y notaciones en la improvisación
Uno de los inconvenientes de los cifrados que se basan en la reducción de la escritura total del acorde, radica en que omiten o no expresan una rítmica determinada.
Tanto el cifrado del bajo continuo, el cifrado análitico, como los cifrados basados en la notación alfabética, dejan al criterio del instrumentista su ejecución rítmica.
Esta carencia, en el caso concreto del jazz y la música moderna, se suple estableciendo un ritmo determinado o característico al principio de la partitura.
La nomenclatura más utilizada es el cifrado americano, en el que se nos expresa la armonía a seguir en la improvisación.
En definitiva, se suele emplear y combinar partes cifradas con pasajes obligados, como es la caso de la escritura de efectos rítmicos puntuales para la batería, la notación opcional de la línea de bajo, el voicing específico para el piano, la rítmica y el doblaje de las melodías cuando empleamos la sección rítmica con función melódica, etc.
Por otro lado, con el desarrollo de la música de vanguardia, los compositores empezaron a usar una nueva simbología y nuevas formas de escribir, diseñadas individualmente, que van desde el uso de dibujos a fórmulas matemáticas, con un repertorio de nuevas grafías y sistemas de escritura que son explicadas por el propio compositor al inicio de la partitura.
Todas estas nuevas grafías o sistema de notación contemporánea también son utilizados por los compositores como componente improvisatorio.