Cómo hacer un buen calentamiento con el saxofón

Para cualquier actividad, y aún más para la práctica musical, realizar un buen calentamiento aporta numerosos beneficios a corto y largo plazo.

Es muy importante tomar conciencia de ello y preparar nuestro cuerpo y mente para la interpretación musical. Hacer un ejercicio de calentamiento de manera rutinaria pone a disposición de nuestro aprendizaje a todos los elementos que necesitamos.

Debemos diferenciar estos ejercicios de calentamiento de aquellos que sirvan para trabajar aspectos concretos de nuestra técnica, aunque en la práctica, es cierto que hay una delgada línea que los separa, convirtiendo al calentamiento un ejercicio dentro de la rutina técnica.

Metodología del calentamiento

Obviamente, el calentamiento lo debemos realizar antes de nuestra práctica musical y no debemos dedicarle un tiempo excesivo de trabajo, cosa que con el trabajo técnica sí debemos realizar, para mejorar las capacidades que pretendamos.

En mi experiencia, con un calentamiento de 10-15 minutos puede ser suficiente antes de comenzar el trabajo con el saxofón.

Podemos resumir estos ejercicios de calentamiento en los siguientes bloques:

  1. Concentración.
  2. Aire
  3. Digitación.
  4. Articulación.

Los tipos de calentamiento son de carácter personal, y cada músico debe elegir los que mejor le funcione y que más le aporte.

A continuación, voy a enumerarte el calentamiento que más beneficios me proporciona, siendo el aire y la calidad del sonido los protagonistas:

  1. Apagar el móvil u otro aparato similar.
  2. Realizar algún ejercicio de estiramiento.
  3. Ejercicios de respiración con o sin instrumento.
  4. Notas largas o ejercicios sobre intervalos de forma lenta.
  5. Escalas o arpegios lentos y ligados.
  6. Ejercicios o arpegios lentos de forma articulada.
  7. Flexibilidad.
  8. Alguna escala de manera un poco más rápida, pero no en exceso.
  9. Descansar.

Realizar todo este tipo de ejercicios también me ayuda a concentrarme y aprovechar así la sesión de estudio de la manera más óptima.

Después de realizar el calentamiento me dispongo a trabajar la técnica con el saxofón y la obra que pretendo tocar, siempre de una manera progresiva e intercalando descansos.

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